Pacto Social
Un cambio de tal calado requiere un nuevo pacto social alimentario con el que los sectores públicos, privados y civiles asuman su parte de responsabilidad en este proceso.
El sector público: es posible una reconversión asistida
Actualmente casi el 40% del presupuesto anual de la Unión Europea para el sector primario -gestionado a través de la PAC (Política Agraria Común)- se destina a rebajar el precio de los commodities destinado al engorde de animales. Los especuladores compran grano, utilizan mecanismos para subir su precio en los mercados y el dinero público se usa para volver a bajar ese precio y que la carne, sin importar su calidad, no sea tan cara. Por lo tanto, la mayoría de las subvenciones caen en manos de los grandes especuladores.
La Transición Proteica propone usar esas cuantiosas ayudas como la base económica de los programas de política pública, que incentiven a las y los productores a reorientar sus empresas y emprendimientos para que puedan suministrar alimentos saludables y de buena calidad. Los gobiernos tienen la capacidad de destinar subvenciones a empresas que inicien un proceso de reconversión de su producción hacia fuentes vegetales y libres de productos dañinos para la salud y el planeta. A esto le llamamos reconversión asistida, un proceso donde el Estado apoya a medianos y pequeños productores del sector privado incentivando prácticas saludables y penalizando a aquellas que son nocivas y que generan daños ambientales irreparables; asimismo este proceso contribuye a acabar con la opacidad en la información que los gobiernos retienen y que confirma el impacto devastador de la actividad ganadera en los animales, los humanos y el planeta.
Sociedad civil: alimentarse es mucho más que comer
La sociedad civil tiene la oportunidad de estimular la demanda de productos de origen vegetal en detrimento de aquellos provenientes de la explotación animal, asumiendo el cuidado ambiental, el beneficio a la salud individual y el apoyo a la producción local. La Escuela de Transición Proteica es un complemento a la propuesta ecologista para una transición alimentaria; durante el recorrido de nuestros cursos exponemos los datos que solventan esta propuesta divididos en tres grupos fundamentales: derechos de la naturaleza, derechos humanos y derechos de los animales. A partir de 2025 incluiremos cursos prácticos destinados a las comunidades que tienen limitado acceso a alimentos de cercanía, que permitirán entender la diferencia entre comer y alimentarse y aplicar ese conocimiento con ideas que mejorarán ampliamente la salud humana y del planeta.
Sector privado: ética y responsabilidad
Por su parte, el sector privado que agrupa a pequeñas y grandes empresas, puede asumir un compromiso de cambio y sumarse a esta propuesta con determinación, propósito de inicio y continuidad para formalizar la necesidad urgente de comenzar la transición proteica que beneficia a toda la humanidad.
Nuestra propuesta contempla prioritariamente a los pequeños productores ganaderos y emprendimientos que, en menos de 4 décadas, han visto cómo los negocios heredados de sus ancestros o los nuevos esfuerzos para generar riqueza les han hundido en un pozo que parece no tener fin. Las grandes corporaciones les han dejado sin clientes, sin proveedores, sin know how, con el terreno degradado, sin opción de competir en el mercado y sin capacidad de cambiar, mientras el negocio es una ruina y las comunidades se ven afectadas por los vertidos de desechos de la industria. Ellas y ellos son el motor de este cambio.